
El Gobierno sigue andando por el delgado camino que queda entre no chocar frontalmente con los asambleístas de Gualeguaychú y no apartarse de las vías institucionales para reclamar contra la instalación de la pastera Botnia en Fray Bentos. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, expresó esta mañana su rechazo a los cortes de ruta pero también destacó que esa modalidad de protesta refleja "una posición colectiva".
Mientras se preparan los términos del encuentro que sostendrá la presidenta Cristina Kirchner con los representantes de la Asamblea, Fernández declaró a radio América que "acá la visión que se tiene desde Buenos Aires y que muchos tratan de aventar es que ahí hay un pequeño grupo de piqueteros que está haciendo ruido, y no es así".
De todas formas, reiteró que el Gobierno "nunca" participó de este método de protesta. Y fundamentó esa posición: "Esto es aún cuando entendamos que haya justicia en el reclamo, porque sino la Argentina tampoco estaría haciendo el planteo que está haciendo" ante la Corte Internacional de La Haya.
También advirtió que la decisión de establecer un piquete en el puente internacional "es una decisión de los habitantes de Gualeguaychú, (porque) pareciera ser que colectivamente los habitantes de Gualeguaychú creen en este método de protesta".
A los más de 14 meses de corte ininterrumpido en el puente a Fray Bentos, se sumó en los últimos días la confirmación de los asambleístas de que no acatarán un eventual fallo adverso del Tribunal de La Haya. Cristina había afirmado en noviembre pasado que "si (Botnia) no contamina las protestas no tendrán más razón", lo que pondría en oposición frontal ambas posiciones si se diera ese escenario. Mientras tanto, nadie corta lanzas.
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