Sigue estable el dólar

El dólar cotizó a 4,47 pesos para la compra y a 4,50 pesos para la venta, en casas de cambio y bancos de la Capital Federal. El Banco Central bloqueó la compra de divisas a la demanda privada, mientras en el segmento paralelo la moneda estadounidense subió hasta una franja de 5,70 a 5,80 pesos, con pocos negocios. "El Banco Central se encargó de correr la demanda privada durante toda la rueda, y no dio casi ninguna autorización para comprar divisas, lo que achicó el mercado y le permitió adquirir unos 35 millones de dólares", dijo a DyN un operador de cambio de la city porteña. La ausencia de demanda presionó a la baja el precio del dólar en el mercado mayorista, donde cayó 1,2 centavo a $4,484, el mismo valor de cierre que el martes. La menor participación de los compradores se reflejó en el volumen negociado, que se limitó a u$s285 millones en el mercado de contado (spot) y 100 millones en el de futuros. "Con una demanda por demás diezmada, el transcurso de la operaciones llevó a dejar ligeramente ofrecido el dólar que operan entidades financieras y cambiarias", completó Claudio Burelli, de Puente Hermanos. En tanto, el dólar que surge de las operaciones de contado con liquidación, vehículo para la fuga de capitales, subió a 6,21 pesos. Operadores coincidieron en que la autoridad monetaria compró unos 35/40 millones de dólares que sumó a las reservas internacionales, que se mantenían en baja debido al retiro de depósitos en moneda extranjera por parte de ahorristas y a la cancelación de deuda externa. El euro, en tanto, se negocia a $5,53 para la compra y a $5,72 para la venta, con una suba de 4 centavos en su punta vendedora. El real brasileño, una divisa clave para el país por la magnitud del intercambio comercial con Brasil, operaba equilibrado en $2,03 por dólar, mientras aquí se pactó sin cambios a 2,22 pesos.

MAR DEL PLATA: Pensar que en algun tiempo eran tan machos

Dos ex policías acusados de delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar negaron ante la justicia los crímenes que se les imputan, en el marco del juicio denominado circuito represivo Mar del Plata – Necochea. El ex oficial Marcelino Blaustein, quien cumplió funciones en la comisaría cuarta de Mar del Plata desde enero de 1976 hasta fines del 78 como oficial inspector, declaró ante los jueces Alfredo Ruiz Paz, Lidia Soto, Elvio Osores Soler y Daniel Cisneros que nunca fue comisario y que tampoco era el responsable de la comisaría. Blaustein contó que a partir del golpe de Estado las órdenes que recibía provenían de la Unidad Regional de Policía, que estaba subordinada a las fuerzas armadas, y señaló como responsables de la dependencia policial a los ex comisarios Héctor Carlos Cerutti y Ernesto Orosco, imputados también en este juicio. El ex policía relató que los detenidos políticos tenían los mismos derechos que los delincuentes comunes y aseguró que nunca fueron encapuchados y que tampoco recibieron malos tratos por parte de la policía. En tanto el ex oficial inspector Mario Larrea recordó que a partir del 24 de marzo de 1976 la comisaría primera de Necochea fue ocupada por el Ejército. Larrea aseguró que nunca participó de un operativo de secuestro y aclaró que sólo una vez fue llevado “engañado” hasta Quequén donde detuvieron al entonces abogado Luis Rafaghelli, conocido suyo. Larrea dijo que tuvo que acompañar a cuatro militares, entre los que estaba el coronel Manuel Alfredo Arrillaga -imputado también en este juicio-, porque ellos no conocían las calles y los tenía que guiar, y relató que le aclaró al comisario que si se trataba de un operativo no iría, y que su jefe le dijo que se trataba de una visita protocolar del Ejército a algunos ciudadanos. El ex policía mencionó al ex comisario Héctor Bicarelli, también juzgado en este debate oral, como el policía que acompañó por lo menos esa vez a los militares en un operativo y quien calificó a Rafaghelli como “un zurdito defensor de los obreritos”. Larrea contestó que nunca participó de los operativos e informó que todos los días se producían detenciones en Necochea y la zona. En el juicio se investigan hechos en perjuicio de 85 víctimas ocurridos en la Comisaría Cuarta de Mar del Plata y el Centro Clandestino de Detención conocido como “La Cueva”, ubicado en el ex radar de la Base Aérea Mar del Plata; así como también en la Comisaría Primera y en la Subcomisaría Villa Díaz Vélez de Necochea. En el juicio están imputados -además de Blaustein, Cerutti, Orozco, Arrillaga, Larrea y Bicarelli Leandro Edgar Marquiegui, Eduardo Jorge Blanco, Jorge Luis Toccalino, Ernesto Alejandro Agustoni, José Carmen Beccio, Nicolás Miguel Caffarello, Adriano Argüello, Fortunato Valentín Rezett y Aldo José Sagasti. Por problemas de salud habían sido apartados del juicio Gregorio Rafael Molina, en julio último; y Aldo Carlos Máspero, el mes pasado.

A Martínez y Quiroga le dieron preventiva por el cuadruple crimen de La Plata

El karateca Osvaldo Martínez y Javi "Hiena" Quiroga seguirán detenidos por el cuádruple crimen de La Plata, que conmocionó a la sociedad en noviembre de 2011. El abogado de las víctimas, Fernando Burlando explicó por qué la Jusicia resolvió mantenerlos en prisión: "Fundamentalmente, porque hay pruebas muy contundentes como el ADN de Quiroga, que apareció diseminado por todo el inmueble donde encontraron a las cuatro víctimas". En el mismo sentido, el asesor letrado señaló: "Creo que es una prueba contundente que (el hombre mencionado) participó y ejecutó a las cuatro mujeres". Y agregó: "Además, con su declaración despejó todo tipo de duda respecto de la participación de Martínez". Para Burlando, no hay duda que en el homicidio hubo responsabilidad compartida: "Aquí hubo dos autores materiales; que uno haya echo bien las cosas -desde lo delictivo- y otro no, es algo aparte; pero creo que han participado ambos (Martínez y Quiroga) en la matanza. Está probado que no se puede cometer un crimen así, sin la colaboración de una persona". Para el abogado de las víctimas, ni Quiroga ni Martinez dicen la verdad: "El primero se exculpa y trata de incriminar al segundo, que a su vez busca salir de toda la escena del crimen". "Hay una cabeza que conduce –la de Martínez- y una cabeza débil, que tiene problemas de pareja y un vínculo muy estrecho con las adicciones y fue manejada", agregó Burlando. Finalmente, el abogado consideró que "ni en las peores películas de asesinatos se puede encontrar un panorama como el que existió el día que encontraron a estas cuatro mujeres… Era un crimen que no podía quedar impune, había una gran deuda con toda la sociedad".