"El rencor es una atadura de la que estoy libre"

Mientras esperaba ayer a la mañana en el aeropuerto la llegada de sus hijos desde París, Ingrid Betancourt habló, sobre sus años de cautiverio y su adaptación al mundo en libertad. "Les agradezco tanto a ustedes, a los argentinos, al presidente Kirchner y obviamente a vuestra presidenta que si bien yo no la conozco, pero es como si la conociera a Cristina Kirchner porque ella estuvo tan pendiente de nosotros. Me envió unos mensajes tan hermosos que logré oír por radio Francia Internacional", recordó. Luego contó cómo fueron sus primeras horas tras el rescate. Me fue difícil meterme en el agua caliente esta mañana. Me dolía, tenía esa sensación como de ardor en la piel. Pero, salí renovada, porque obviamente la noche fue larga (...) me amaneció conversando y cuando me di cuenta ya era hora de vestirme para estar aquí en el aeropuerto , dijo. También admitió sentirse incómoda con un teléfono celular. Lo tomo como si fuera algo realmente extraño, me da miedo romperlo porque es muy chiquito, nunca había tenido un aparato de estos en las manos, no entiendo bien cómo funcionan las cosas. Pero voy a entender rápidamente . El trato en la selva, afirmó, fue muy poco humano. No quiero entrar mucho en detalles pero nos obligaron a vivir situaciones muy bochornosas simplemente por crueldad (...) Yo siento que hay un placer en humillarnos, había como una revancha de clase ideológica . Pero aseguró que no le queda rencor. Yo siempre pensé que una vez que quedara en libertad querría estar libre de verdad. El rencor es una atadura, es una esclavitud. La sed de venganza es una esclavitud también. Yo estoy totalmente libre de ese tipo de sentimientos, muy prendida a Dios, a la Virgen. Ellos me acompañaron, me dieron ese milagro, esa libertad. Siento que quiero bendecir a aquellos que nos hicieron sufrir tanto porque yo siento que ellos tienen que encontrar misericordia (...) Al contrario espero que esto nos sirva para que se abra un espacio de reconciliación en Colombia .