Nace un campeón con apellido "fierrero"

Debutó en Bahía Blanca con el auto que había dejado vacante Ariel Pacho. Y le alcanzó con tres carreras para subirse a lo más alto del podio. Agustín Canapino ayer arrasó en el Mouras de La Plata y a sus 18 años se convirtió en el ganador más joven de la historia del Top Race V6. Un apellido conocido en el automovilismo argentino. Su papá, Alberto, prepara autos ganadores desde 1986. El último fue el de Christian Ledesma, campeón de Turismo Carretera. "Mi viejo se emocionó mucho, no se lo esperaba. La verdad que no me dijo mucho, me felicitó. Y enseguida nos pusimos a hablar de autos, de lo que nos gusta a nosotros", cuenta Agustín, todavía de festejo, con amigos. Agustín Canapino nació hace 18 años en Arrecifes, provincia de Buenos Aires. Pero no tuvo una infancia en karting, como la mayoría de los pilotos jóvenes que surgen. La primera vez que se subió a un auto de carrera fue en 2005 en la Copa Megane, aunque antes había estado en la exigente escuela de pilotos de Néstor Gurini. Tan sólo pasaron tres años desde que aprendió a correr hasta su primer triunfo, sin dudas un chico veloz. "Hay que ir despacio. Todo sirve como experiencia. La verdad es que no sé hasta donde quiero llegar. Seguramente que para llegar lejos tengo que seguir aprendiendo. Yo trato de vivir el día a día y seguir sumando conocimiento y experiencia", sabiamente aconsejado salen una a una las palabras de la boca de Agustín. Seguramente, en la intimidad, sueña con la gloria, con pegar el salto del TC Pista al TC, con seguir haciendo buenas carreras en el Top Race y en el TC 2000. "Es una experiencia única y la tengo que aprovechar al máximo. Uno nunca sabe cuándo va a tener la posibilidad de volver a correr", explica tranquilo. Si bien quiere dedicarse al automovilismo, sabe que debe respaldar sus logros deportivos con conocimiento. "El año pasado terminé la secundaria. Ahora no tengo mucho tiempo para ponerme a estudiar, pero más adelante me gustaría seguir una carrera", cuenta. La carrera ya la ganó Agustín Canapino, ahora va por más con el entusiasmo de un adolescente y con la tranquilidad de un adulto, siempre bajo la mirada de su padre. Un nuevo campeón que nace.