MAR DEL PLATA: Con mejor Gimnasia se llevaron tres puntos a Entre Rios

Gimnasia no se quedó con el rol de partenaire y en el arranque salió a jugar de igual a igual. Pero Unión cuando cuenta con Miguel Alba inspirado y Federico Moreira, además de su buen pie, le agrega despliegue, genera mucho fútbol en ataque y desequilibra a cualquier defensa porque genera peligro por los dos lados. Y un pase del delantero, para la llegada del volante casi termina en el primero. Alba avanzó por derecha, metió el buscapié que no alcanzó a conectar Vóttola, pero si Fede por atrás, aunque sin precisión y la tiró por encima del travesaño. La primera jugada clara de la visita fue increíble. Tras una salida larga de Diego Rouger, Quiroga ganó de cabeza y habilitó a Mario Costas que, cara a cara con Guillermo Álvarez, mostró la misma capacidad de definición que en su paso por Alvarado y le dejó la pelota a “cacho” en una situación de extremo peligro. Respondió rápido Unión, pero César Walker anuló por un supuesto offside, lo que era un golazo de cabeza del “Tano” Vóttola tras un buen centro de Castro. Sin embargo, el juego seguía siendo parejo, con situaciones de los dos lados. Con un Matías Padilla que enloquecíó a los volantes “celestes” tirándose a las espaldas del tándem Alioto-Luengo y probando desde afuera cuando encontraba su espacio. Así, le sacó pintura al ángulo derecho de Álvarez. Unión no lograba controlar a los puntas entrerrianos en los envíos aéreos. Quiroga y Costas se cansaron de ganar todo lo que llegaba por arriba aprovechando su buen porte físico (los dos por encima de 1.85 metros). Promediando la mitad, la visita merecía abrir el marcador porque inclinó la cancha, confundió a Unión y le hizo pasar grandes sobresaltos a Álvarez. Y tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe. O mejor dicho, rompe el marcador. En el enésimo centro al área de Álvarez, Quiroga le ganó otra a vez a Fortunato de espaldas al arco, el arquero había notado que su compañero perdía, amagó a salir, quedó a mitad de camino y el delantero visitante apenas la tuvo que peinar para que la pelota ingrese suavemente, tras pegar en el palo izquierdo del desairado Álvarez. El gol, lejos de despertar a Unión motivó aún más a Gimnasia que estuvo cerca del segundo con un gran tiro libre de Bravo que exigió una soberbia estirada del ex Aldosivi y Alvarado para mandar al corner una pelota que se colaba en el ángulo inferior de su palo izquierdo. La única forma de Unión de complicar era con centros a Vóttola que nada podía hacer, en soledad, con la defensa entrerriana. Pero el goleador es goleador y aunque no la toque, cuando lo hace no perdona. A los 37’ Moreira se apuró en un tiro libre, sacaron del fondo visitante pero el rebote le quedó a Mauro Castro que se animó de zurda y rompió el travesaño de Rouger, pero la pelota quedó en el punto del penal para el olfato del “Tano” que sólo la tuvo que empujar para marcar la igualdad. Pese al empate, Gimnasia siguió siendo más, preocupaba cada vez que atacaba por los costados y Unión no lograba encontrar la forma de parar a los dos delanteros o, al menos, a Padilla y Bravo que eran los que rompían por afuera y terminaban asistiendo mediante centros. Todo lo que hizo el “Lobo” quedó en la nada, porque Unión tiene a Vóttola y para los defensores rivales, es imparable. Los centrales visitantes no pudieron controlar al “tanque” y Monje lo tuvo que agarrar para que no pueda cabecear. Walker no dudó, mostró la firmeza que no mostró en el área local y sancionó el punto penal para que Federico Moreira, a los 44’, ponga a Unión increíblemente arriba al término de la primera etapa. El complemento se le complicó demasiado rápido a Unión. Porque a los 8’ Solaberrieta hizo una falta innecesaria en la mitad de la cancha, Walker estuvo demasiado severo, le sacó la segunda amarilla y el equipo de Marcelo Zwicker perdió su caudillo en el fondo y se abrieron los espacios para la visita que seguía siendo superior. Y el empate, dos minutos después, estuvo muy cerca. Porque a la salida de un corner recibió solo Monje por atrás, quiso patear al arco pero le salió un centro para Quiroga que, con el arco libre, no pudo cabecear cómodo y la tiró afuera. Unión se paró decididamente de contra ataque, rearmó la defensa con Ramiro Jorge como central y la carta ofensiva era Alba. Jugar con terreno, le permite al ex River aprovechar su velocidad y si no fallaba en el último toque el tercero podría haber llegado para tranquilidad del celeste. Pero pese a los contra ataques de Unión, el “Lobo” era el dominador del partido. Tenía la pelota, controlaba el juego y estaba en terreno rival. El local se puso muy nervioso, se siguió cargando de amarillas y la visita lo aprovechó. Porque el nerviosismo generó desconcentraciones y, esas, terminaron pagándose muy caras. A los 17’ nadie marcó a Quiroga y este obligó a una soberbia reacción de Álvarez. Treinta segundos más tarde, otra vez lo descuidaron al 9, y esta vez “Cacho” no pudo hacer nada, sólo sacarla del arco y tratar, con uno menos, de aguantar al menos el empate. Si con la victoria, algunos jugadores de Unión perdieron el control, ni hablar con la igualdad. El principal irresponsable fue el capitán Esteban Alioto, que en una jugada intrascendente en el área rival metió un terrible planchazo a Fassone y el estricto Walker no tuvo piedad y lo mandó a las duchas con roja directa. Dos hombres menos, Machaín por Vóttola y a defender. Para fortuna de Unión, la más clara para la visita no quedó en la cabeza de Mauro Quiroga, sino en los pies de Mario Costas. El ex Alvarado hizo todo bien, menos lo más importante. Dejó en el camino a Guillermo Álvarez y, con el arco libre, con su pierna hábil, le erró a la red y le dio aire al conjunto de Marcelo Zwicker. Los espacios para la visita eran grandísimos. La pelota iba de un lado a otro y la defensa celeste miraba. Marín Sánchez pudo hacer un golazo picándola por encima de Álvarez. Pero apareció Ramiro Jorge, con una chilena salvadora para sacarla sobre la línea. La jugada siguió, y ahora fue el arquero el que tuvo otra soberbia atajada ante Quiroga, que había metido un cabezazo a quemarropa y se disponía a festejar el tercer gol de su equipo y el hack trick de su cuenta personal. Pero más no podía aguantar Unión. La defensa no tenía ubicación, no había equilibrio y el desorden tenía que terminar como terminó. Un pelotazo de Rougier, un equipo mal parado y un delantero fantástico llamado Mauro Quiroga. El nueve tuvo ojos en la nunca para ver que Álvarez salía lejos, entonces sin pararla siquiera, metió el zurdazo desde 35 metros por encima del arquero para que la pelota entre mansa, en el medio del arco para terminar dándole la ventaja, justa, al conjunto entrerriano. Unión no tenía con qué complicar a Rougier. Los tiros libres en la mitad de la cancha encontraban sólo tres hombres de gris dentro del área y era fácil para la defensa visitante. Felices se animó de afuera para sorprender pero el arquero sacó hacia un costado, mientras que Lacca se contagió del jugador al que reemplazó (Costas) y se perdió un gol increíble abajo del arco para dejar con vida a Unión. Pero esa vida era estirar la agonía, porque las piernas y la cabeza de los jugadores locales ya no respondían. El cansancio acumulado, sumado a la calurosa tarde, conspiró contra las ideas en esos últimos minutos y la heroica era con Guillermo Álvarez buscando por arriba en las últimas pelotas. El milagro no llegó y Walker pitó el final que marcó una gran victoria de Gimnasia, que además dejó una muy buena impresión como equipo y una derrota de Unión que deja mucha tela para cortar en lo futbolístico y, principalmente, en lo disciplinario.