La institución mayor del futbol sigue ridiculizando al deporte

Los jugadores no se cansan de apoyar la continuidad de Sergio Batista al frente del seleccionado nacional. Desde Lionel Messi hasta el capitán, Javier Mascherano, dejan en claro que aceptan al “Checho” para ser el sucesor de Diego Maradona. El trabajo, el diálogo y las ideas, le cierran en gran parte a todos los jugadores. Ese es el punto ganado por goleada para el interino, pero todavía le queda el más difícil y rutilante: convencer con hechos a Julio Grondona, Carlos Bilardo y la cúpula dirigencial de pisada fuerte en la Asociación del Fútbol Argentino. No es fácil para Batista, porque mientras muchos lo ven como el “técnico ideal”, otros muestran sus cartas pero las esconden. Nicolás Russo y Fernando Raffaini, presidente de Lanús y Vélez, respectivamente, ya dieron la negativa para que el “Checho” siga. Uno propone otros nombres, Russo, mientras Raffaini pretende convencer a Grondona que Carlos Bianchi es la solución. Bilardo, por su parte, sigue con el misterio junto a Grondona. La danza de los “tres o cuatro” nombres que serán presentados frente al Comité Ejecutivo, parece más una novela de suspenso que una realidad futbolística. El malestar que provoca la indecisión ya llegó a los jugadores, que cansados de esperar una respuesta definitiva ya comenzaron a hacer declaraciones para meter presión. Mascherano “sería bueno que nos digan cómo sigue todo esto”, es un claro ejemplo del desconcierto generalizado que ahoga a la Selección. Cuando parecía que Batista tenía todo para seguir, otra vez la lupa se aproximó a su cabeza. En noviembre estará en el banco justo ante Brasil, otra vez con la presión de sacar un resultado positivo para ganar adeptos. Parece un juego, pero no lo es. La espera se hace eterna y el rumbo de la Selección es incierto. Como siempre, en las tramas dirigenciales, termina por sufrir un equipo que ya está asfixiado de heridas y no lo dejan recomponerse.