MAR DEL PLATA: Valiosisimo descubrimiento de investigadores marplatenses

Investigadores del Laboratorio de Microbiología del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) de Mar del Plata lograron darle valor a los residuos de langostino. Obtienen quitosano, un polímero natural con más de 200 posibilidades de uso. Hasta ahora, los desperdicios del proceso de pelado de langostino invariablemente terminaban en un cajón cuyo destino inexorable era la moledora que lo convertía en harina. A partir del trabajo que viene realizando un grupo de investigadores del laboratorio de microbiología del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) en Mar del Plata, ese destino del residuo puede cambiar, al igual que el producto final que se logra. “Aunque seguirá siendo un polvo, tendrá sin dudas más valor”, explica el biólogo Diego Luis Palacios, integrante de ese grupo de científicos que dio el gran paso transformador. El investigador contó con precisión el proceso que convierte a los residuos de camarones y langostinos en quitosano, un producto que ofrece un amplio abanico de aplicaciones en el campo de la industria medicinal, farmacéutica, alimenticia, agrícola y medioambiental. La quitina es el polímero natural más abundante después de la celulosa, que se halla en los caparazones de crustáceos. “Es la estructura de sostén de los animales invertebrados”, explica Palacios. Pero el proceso de conversión de quitina en quitosano es complejo y es lo que han logrado los investigadores en el INTI. El desarrollo del proyecto comenzó en julio pasado. Luego de aplicarle ácidos y álcalis a distintas temperaturas, se obtiene este preciado tesoro. “La transformación modifica sustancialmente sus propiedades y puede ser soluble en agua. Además es más reactivo que la quitina y es biocompatible y biodegradable a los componentes normales del cuerpo”, enumera sus bondades. Las pruebas se lograron a partir del aporte que realizó la empresa Moscuzza del residuo de langostino. “Ellos (por la empresa) siempre colaboran con el INTI en distintos proyectos y ahora nos entregaron los desechos”. Los residuos fueron secados y molidos para luego despigmentarlos. Se los secó y se completó el proceso de desproteinización, descalcificación, descarbonatación, filtración al vacío y lavado, desacetilación, filtración al vacío, lavado y secado. “En una próxima etapa se trabajará en la optimización de las condiciones de proceso y se establecerá una técnica sencilla para conocer la pureza del producto obtenido”, anticipó Palacios, quien integra el equipo de investigadores junto con Edmundo Simionato, Juan Carlos Musmeci y Felipe Campos Otamendi, bajo la dirección del Dr. César Melton Libenson. En las pruebas de laboratorio se obtuvieron 6 kilos de quitosano. “Los rendimientos son muy altos en relación residuos-quitosano. Se obtiene un 80 por ciento de quitina de los exoesqueletos de los mariscos y de ese total, otro 80 por ciento se convierte en quitosano”. Al revisar la evolución de la producción de quitosano a escala mundial, surge que a mediados de la década del ´90, el principal productor de quitosano era Japón, que obtenía unas 700 toneladas al año, seguido por los Estados Unidos, con otras 300. Pero en estos últimos años los niveles han crecido a un ritmo del 16 por ciento anual, de acuerdo a un estudio de investigación realizado por Global Industry Analyst, y se espera que en este 2010 se hayan obtenido más de 7 mil toneladas de quitosano. Además de ofrecer una solución y darle más valor a los residuos que generan estos recursos pesqueros, el quitosano se comporta como un polielectrolito catiódico y presenta una alta densidad de carga, lo que le permite adherirse fácilmente a las superficies negativamente cargadas y puede formar “trampas” con iones metálicos. “Es como una línea de pescar a la que se adhieren metales pesados o pesticidas. Esto lo convierte en una solución para problemas medioambientales”, grafica el biólogo, entusiasmado con la idea de seguir avanzando en nuevas posibilidades. “Debemos profundizar la necesidad de cambiar el paradigma: que deje de imperar la ley de costo beneficio, sin importar las consecuencias que lo “barato” genera en el medio ambiente. Nosotros queremos saltar hacia otro modelo y es por eso que intentamos buscar otros caminos. Lo intentamos, no sé si lo lograremos, pero estamos en esa búsqueda”.