A muchos no le gustará este presagio de buen futuro

En el marco de la 31° convención anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), celebrada en San Carlos de Bariloche bajo la consigna “Los dilemas estratégicos de la Argentina”, buena parte del empresariado coincidió en señalar, pese a un buen número de críticas, que esperan un crecimiento en la economía y las inversiones para el año próximo. Durante los paneles que se llevaron a cabo entre el jueves y viernes de esta semana, muchos de los expositores llamaron a terminar con el denominado “mal clima de negocios”, los impuestos distorsivos, los altos costos laborales y la creciente inflación para poder sacar un mayor rédito de una coyuntura internacional “excepcional”. En esta línea, el presidente del IAEF, Martín Ramos, pidió en el discurso de apertura de la convención que la Argentina resuelva su deuda con el Club de París, “lo que le permitiría al país acceder a créditos a muy baja tasa”. La gran mayoría de los ejecutivos de finanzas reconocieron que prevén realizar inversiones, aunque no con vistas a expandirse en el mercado, sino sólo para cumplir con la creciente demanda. Consenso o conflicto de intereses Uno de los paneles de la convención que mayor repercusión tuvo entre los asistentes fue “27 años de democracia. La política que se viene”, que compartieron el jefe de la bancada kirchnerista en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, el presidente de la UCR, Ernesto Sanz, y la diputada nacional del PRO, Gabriela Michetti. En un clima distendido, en el que los tres legisladores se atrevieron a bromear sobre las relaciones que los unen fuera de la arena política, Sanz y Michetti lograron calurosos aplausos con su llamado a la búsqueda de consensos para lograr el progreso de todo el país. Pese a encontrarse ante un público claramente hostil al Gobierno, el oficialista Pichetto, en cambio, optó por distanciarse de esta visión. “Plantear esa fantasía de que el consenso resuelve todos los problemas de la Argentina es un simplismo, es no reconocer que todas las sociedades tiene una dinámica y un conflicto de intereses”, aseveró. La formación del senador kirchnerista como cuadro político fue uno de los temas que más se comentó en las sobremesas de la convención. Mientras algunos de los asistentes no dudaron en calificarlo como alguien “desagradable”, que “ni siquiera preparó un discurso” para su ponencia, otros ejecutivos le reconocían por lo bajo ciertos conceptos desarrollados, además de su valentía por presentarse ante un auditorio adverso sin cambiar su discurso. Como botón de muestra, queda una de las preguntas anónimas que el público le realizó al jefe de la bancada kirchnerista a través de formularios que repartieron antes del encuentro. Al ser consultado, a través de un sistema de preguntas anónimas que el público tuvo oportunidad de formular antes del panel, de qué forma pensaba el kirchnerismo solucionar “la peor situación en los últimos veinte años” que atravesaba el empresariado argentino, Pichetto respondió con sorna: “Me parece que tan mal no les va”, para luego, sí, explayarse en su respuesta. Al respecto, uno de los organizadores admitió más tarde que la pregunta fue “una verdadera locura”, ya que, más allá de las simpatías políticas que cada uno pueda tener, resulta por lo menos tendencioso denominar a esta etapa como la “peor” de las últimas dos décadas, cuando ni siquiera transcurrieron diez años desde la crisis que el país atravesó en el 2001. “Se quejan pero algunos están haciendo los negocios de sus vidas”, concluyó la misma fuente.