Desde hace diez años está ubicado en Catamarca entre San Martín y Luro. La víctima agradeció que no le hayan matado ninguna empleada. Criticó a la policía y al municipio.
Está decidido, este lunes iniciará los trámites con una inmobiliaria para poner a la venta el local que, con esfuerzo y cargado de ilusiones, abrió hace unos diez años en Catamarca entre San Martín y Luro. Días atrás sufrió el robo 34 y la paciencia se acabó.
Por razones de seguridad, el dueño del local pidió no dar a conocer su nombre ni el del local dedicado al rubro de indumentaria femenina.
En declaraciones, el comerciante no ocultó su dolor y bronca por lo sucedido durante todo este tiempo. “Hemos tenido todo tipo de modalidad delictiva, desde rotura de la vidriera durante la madrugada a robo a punta de pistola con las empleadas en el interior del local”, señaló.
Uno de los hechos que generó mayor indignación fue que, tras radicar una denuncia por haber encontrado delincuentes perpetrando un robo dentro del comercio, a las pocas horas estaban en libertad y pasaron por la puerta amenazando de muerte a las empleadas.
“En la cuadra son varios los locales que han sido víctima de la inseguridad, lo que pasa es que al ser mujeres las que atienden da la sensación de mayor indefensión y cualquiera entre armado o propina algún puñetazo y en un lapso de 30 o 0 segundos se alza con la recaudación, teléfonos celulares, llenar dos bolsas de ropa y darse a la fuga”, reseñó.
Con respecto a la respuesta de la policía, el comerciante dijo que “si llamás al 911 te tienen de dos a tres minutos requiriendo datos y el patrullero llega a los veinte minutos, imaginate ese delincuente durante todo ese tiempo donde puede llegar a estar”.
Más adelante, confesó que después de haber sufrido tantos robos le despierta diferentes sensaciones “en primera instancia mucho odio, lo peor de mí y podría cometer cualquier locura. Después me despierta mucha indignación, porque los robos coinciden con las inspecciones de la municipalidad o de ARBA, donde están constantemente sospechando que sos un evasor y no te entienden si les decía que sufriste un robo hace una hora o hace dos días”, declaró.
“Yo voté al Intendente Pulti y así no lo hubiese hecho es mi representante y la verdad que no veo que se interese por este tema, no lo veo en la calle”, expresó.
Dentro de este desolador panorama, el comerciante se consideró “con suerte porque no me han matado a una empleada todavía, aunque después de cada robo las chicas no quieren trabajar”.
“Lamentablemente esa sensación de desesperación, que estoy solo y nadie me entiende, estar a escasos metros de la municipalidad y de la comisaría Primera, donde desconfiás de todos, me llevó a tomar la decisión de cerrar las puertas del local y el lunes lo ponemos en venta, porque no es que nos fue mal, con lo sufrido y la falta de respuesta sentimos que nos echan”, manifestó.
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