Continuan llegando denuncias en contra de Lorenzo que lo vinculan con la obra social bancaria

La intervención del policlínico bancario, publicada ayer en el boletín oficial, no logró frenar las denuncias y acusaciones sobre la relación que mantenía el empresario Néstor Lorenzo, dueño de la droguería San Javier, con la obra social de los bancarios. Representantes de los empleados denunciaron que Lorenzo se reunió diez días antes del allanamiento ordenado por el juez Norberto Oyarbide con un grupo de médicos en el primer piso del Policlínico, donde funciona la dirección. Consultado, Francisco Mirabelli, delegado de los médicos, admitió que hubo dos reuniones con Lorenzo, pero dijo que fueron "durante el mes de junio" en las oficinas de San Javier, en la calle Pedro Goyena. "Fuimos tres médicos. En ambas reuniones estaba Lorenzo y otro médico que no pertenece al hospital. En total, fuimos cinco personas. El se presentó como el mayor acreedor de la OSBA y nos pidió que levantemos las medidas de fuerza porque lo estaba afectando económicamente", detalló Mirabelli, representante de la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP), ayer a la tarde en la puerta del Policlínico. Y agregó: "No se llegó a ningún acuerdo, nosotros dejamos de hacer paros (fueron nueve en total) por el problema de la Gripe A". No era la única denuncia que circulaba ayer por los pasillos del hospital sobre Lorenzo, detenido por Oyarbide la semana pasada. "Trajo a una persona del staff de San Javier y la ubicó en la oficina del APE que funciona en el subsuelo", afirmó Gabriel González. Según se pudo saber, se trata de María Ríos, empleada actual de la OSBA. El director médico del hospital, Jorge Fainstein, intentó desvincularse del escándalo. "Desde que estoy yo (asumió el 23 de enero pasado), no se le compró nada a San Javier o a las droguerías asociadas con Lorenzo", remarcó en un intervalo de su maratón mediática. Ayer a la tarde, Fainstein aún no había tomado contacto con el interventor, Pedro Ferrara. "Debe necesitar algunos días para armar su equipo. Mientras tanto, necesitamos dinero para poder abastecer al hospital, porque todo pasaba por Fionna (subdirectora administrativa hasta ayer). Lo que pasó puso en alerta a los proveedores", resumió Fainstein. Sobre la condiciones edilicias del Policlínico, el director sostuvo: "Cuando asumí, le presenté un plan a Zanola, con quien me reúno cada 15 días y le entrego los informes. El problema más urgente era el de los insumos". Pese al escándalo y la tensión que se vivió el lunes, el Policlínico funcionaba ayer normalmente. "Le dijimos al director que no vuelva Aballay ni Fionna porque los ánimos todavía están caldeados", admitió Mirabelli. "La semana que viene hay elecciones, pero nosotros no somos parte de ninguna interna sindical", agregó Gabriel González en respuesta a la solicitada publicada por la Asociación Bancaria. Ocurre que los empleados del Policlínico, unos 1700, no votan ni pueden presentarse como candidatos en los comicios internos del sindicato. La lista opositora es encabezada por Raúl Fontana, empleado del Banco Nación.