La ciudad vivió jornadas violentas que derivó en la renuncia del Intendente Aprile. Un dirigente social hizo una reseña de aquellos días.
Se cumple una década de aquella pueblada nacional que derrocó al gobierno de De la Rua y generó grandes cambios políticos, económicos, sociales y culturales. Mar del Plata no fue ajena a este proceso y también se produjo la rebelión popular.
Así lo reflejó Hector Maciel, referente de los movimientos sociales y trabajadores que salieron a la calle durante esos aciagos días.
Los días previos al 20 de diciembre fueron de una gran tensión. Se acercaban las fiestas y esto acrecentaba la angustia y la bronca de no poder tener lo minimo para una mesa digna.
Desde el Movimiento de desocupados programaron una jornada de lucha para el 20 con la consigna: “Por una Navidad sin hambre ¡Basta de ajuste!”.
La idea era realizar un brindis de Pan y Agua en la plaza San Martin para simbolizar las necesidades que teníamos y para pedir un cambio de política. El 19 hubo reuniones en el palacio municipal con autoridades locales donde se acordaron la entrega de canastas navideñas en los barrios.
Mientras estábamos allí reunidos y ante la creciente efervesencia popular el gobierno anuncia la instalación del Estado de Sitio. En el hall del municipio se improvisa una reunión con el comisario Impari a cargo de la departamental. Alli nos dice que no iba a haber problema con la marcha del 20 si era pacifica. Quedamos en mantener el reclamo aun con el estado de sitio y mas cuando nos dieron garantías de que no se iba a impedir.
La noche del 19 hubo una gran movilización espontanea y cacerolazos en distintos sectores de la ciudad. El decreto del Estado de Sitio lejos de amedrentar generó más bronca. El 20 arrancamos desde los barrios del noroeste a pie por la avenida Luro. La gente nos saludaba desde las veredas y una custodia policial nos acompañaba en el recorrido.
Al llegar a la rotonda de Champagnat se unieron más contingentes del sur y norte de la ciudad y localidades vecinas. La columna era de más de mil personas. El clima era tenso, los locales comerciales cerraban sus puertas, en Capital Federal había duros enfrentamientos.
Al llegar a la intersección de Luro y San Juan hacemos un parate para permitir que muchos compañeros cobraran sus planes en la sucursal del Banco Provincia allí ubicada. De pronto aparecen muchos policías, patrulleros, etc. que cortan nuestro paso hacia el centro. La orden había cambiado y ya no se permitia la movilización y sin darnos tiempo a nada comenzó una feroz represión a cargo de la comisaria cuarta y con personal que habían traido de otras jurisdicciones.
Hubo una verdadera “caza de brujas” disparando a mujeres, niños y hombres que pacíficamente se manifestaban. Hubo 2 horas que no sabíamos nada de dos compañeros hasta que los reconocen como detenidos. Al mismo tiempo reprimían a dirigentes de la CTA que estaban frente al municipio. La represión continuó hasta la Av Champagnat y las vías del ferrocarril.
Compañeros fueron derivados al hospital con heridas considerables, por milagro no hubo muertos como en otras regiones del país. Así fue nuestra participación en aquellas jornadas históricas, donde nos rebelamos ante tanto ajuste contra el pueblo y tanta hipocresía y corrupción y terminamos con un gobierno hambreador. Lo que siguió después es materia de otro analisis.
Lo que si hay que señalar es que el protagonismo popular fue clave en esas jornadas y el ¡Que se vayan todos! fue el grito de un pueblo harto de tanta injusticia.
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